Carlos ingresó
al local que estaba oscuro y repleto de gente y de humo. La música sonaba a
todo volumen, pero a él parecía no importarle, pues mientras esquivaba los
cuerpos sudados que danzaban en la pista, sonreía con una expresión bonachona. Wanda,
dieciocho años, cabello negro, piel muy blanca y grandes ojos oscuros, lo miró
especulativa. El tipo tendría no más de cuarenta años, su cabello rubio estaba
cortado a la perfección, lucía limpio, prolijo, elegante y adinerado. La rechoncha muchacha lo siguió con los ojos
mientras intentaba llegar a la barra y rió con ganas cuando lo vio retroceder
ante un tipo musculoso y un tanto borracho que se interpuso en su camino. Observó
la reacción de Carlos mientras retrocedía, el tipo no había dejado de sonreir ni
por un segundo. "Un hombrecito idiota y amable", pensó Wanda: "Fin
de la cacería, es justo lo que andaba buscando". Se abalanzó sobre él que giró confundido para
mirarla. Carlos, se fijó en la gordita y en sus tetas descaradamente expuestas.
- Hola, soy Wanda.
- Carlos –apenas atinó a decir él.
Ella lo condujo
de nuevo a la pista y comenzó una danza medio grotesca, medio lasciva, Carlos sin
moverse del lugar intentó mover los brazos para acompañarla. La muchacha pensó
que bailaba como un viejo y que era el tipo de ricachón para el que solía trabajar
su padre. Medio paranoica, dio un vistazo a su alrededor buscando algún
guardaespaldas, pero no había peligros a la vista. Una o dos canciones después,
tomó a su compañero de baile de la mano y, como si fuera un barrilete, lo
remontó a lo largo del salón y lo introdujo en un cuarto en el que decía "privado".
Él le sonrió mientras ella lo empujaba contra una pared.
- Dame la billetera – le dijo mientras lo
apuntaba con un arma.
Carlos se quedó
inmóvil, mientras llevaba sus ojos de las tetas que subían y bajaban dentro de
una rotosa blusa de lycra negra al revolver
y del revolver a las grandes tetas.
- ¿Sos sordo, idiota? Dame la billetera.-insistió
ella.
La chica se
precipitó sobre él y le puso el arma en la sien. Él sacó su sonrisa bonachona,
esa que le hacía quedar bien con tanta gente.
- Tengo mucho dinero, princesa- le susurró-
y me gustan las chicas malas.
Wanda tuvo el
súbito impulso de disparar, de borrarle la sonrisita de mierda. Una horas antes
había discutido con su padre, un comisario de policía: "No hay más salidas,
ni más dinero, no te crié para te convirtieras en una puta drogadicta" y ella en represalia había escapado con una de
sus armas. Su idea era atracar a un tipo con el arma del viejo y después
contárselo para que reventara, pero aquello se estaba convirtiendo en otra cosa.
Después de todo ¿qué pasaría si mataba con esa arma registrada a nombre de su
padre? La muchacha sonrió ante las perspectiva de librarse del yugo paterno para
siempre y Carlos, creyendo que era el destinatario de la sonrisa, se animó a
seguir:
- Vamos a mi casa, vos, el arma y yo. Me
gustás mucho. Yo te doy la billetera pero podrías tener mucho, mucho más-
continuó él susurrando persuasivo- te juro que soy bueno en la cama. Una noche
y te comprás lo que quieras.
Wanda sintió
una mezcla de excitación y repulsión. Carlos seguía sonriendo y ella tuvo que
reprimirse para no dispararle un tiro ahí mismo. Con una sonrisa fingida aceptó
la oferta. Salieron del lugar por separado. "Soy casado y alguien podría
verme, vamos a la quinta. Tengo una piscina de ensueño". Ella subió al BMW de Carlos que tomó la
autopista del oeste y, mientras el hombre parloteaba sin parar acerca de sí
mismo, de lo maravilloso que era, del dinero que tenía y de lo bien que le pagaban
por la buena mercadería que conseguía, Wanda imaginaba su cadáver sonriente
flotando en la piscina, se imaginaba conduciendo el BMW de regreso, borrando
sus huellas, dejándolo en la casa de su padre.
Se salieron de
la autopista y se internaron en un camino arbolado, que conducía a una gran casona
apenas alumbrada por las luces del parque. Wanda acarició el arma que llevaba en su
morral y bajó del automóvil. Fantaseó con los titulares de los diarios "Importante
empresario asesinado por oficial de policía". La muchacha comenzó a caminar
hacia la casona, pero Carlos amable la tomó del brazo y la condujo hacia la
casa de huéspedes. De pronto un grito desgarrado de mujer cortó el silencio de
la noche. La puerta se abrió. "Era hora Carlitos, hoy somos un montón"
dijo un hombre con aspecto sórdido. La chica se detuvo aterrada y quiso
retroceder pero chocó con Carlos que sonriendo le cerró el paso y le arrancó el
bolso. Wanda comenzó a correr. "Hay cacería" gritó alguien. Media docena
de hombres se lanzaron tras ella, la alcanzaron y como alimañas hambrientas, la
arrastraron hacia el fondo de la casa.
Uff... qué fuerte. Al final se invierten el cazador y la presa... Muy bueno, Renate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Sara, un abrazo
EliminarQué bueno leerte, Renate!!!
ResponderEliminarY como siempre, sacás de tu varita mágica un thriller de aquellos.
Cazador cazado, no?
Impecable la narración y la atmósfera sórdida que lograste.
Bravo, R!!!
Un abrazo enorme, mi amiga!
Gracias amiga, un abrazo
Eliminarexcelente texto!
ResponderEliminarno dejas entrever absolutamente nada de lo que pasará!
me gustan los textos que sorprenden.
Saludos Renate
Me alegro que te haya gustado. Gracias Diana ;)
Eliminar:D quisiera saber que habrá sido de Wanda, genial historia! saludos TPR (:
ResponderEliminarGracias Cecilia, saludos ;)
Eliminar¡Muy bueno, como siempre Re! ¡Felicitaciones....!!!!!!!
ResponderEliminarGracias Bee, Escarcha y Peregrino:
ResponderEliminarTrío de talentosos genios, les mando un abrazo enorme!!!
Qué giro magistral!! Ya no podremos fiarnos ni de una sonrisa bonachona... Me encantó la historia, felicitaciones!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias Diana, un beso!
EliminarSe podría pulir más, pero no está mal. : )
ResponderEliminarSiempre se puede mejorar. Gracias por leerme Raùl
EliminarMe ha encantado, heres una gran narradora,y el final es sorprendente.
ResponderEliminarEnorabuena, Renate.
Genial Renata.. un gusto leerte.. saludos..Elen Lackner
ResponderEliminarMe gustó; es un género bastante difícil de escribir
ResponderEliminar;)
Me gustó!
ResponderEliminares un genero bastante difícil
porque hay que saber atrapar al
lector y mantenerlo hasta el final
Un placer
Ha sido de placer leerte, amigo. Abrazo
ResponderEliminarPobrecita.
ResponderEliminarNo me hagas sentir culpa, Gastón!
EliminarCarlos, Elen, José y Claudia:
ResponderEliminarMuchisimas gracias por los comentarios, un abrazo.
Gracias Renate por invitarme a leer tus relatos... la novela negra, en este caso, los relatos de este géneros son fascinantes. Logras atrapar. Me gustan tus descripciones y el suspense. Bueno, que te seguiré leyendo y que me encantó esta invitación. Muchos éxitos en publicaciones y libros. Eli
ResponderEliminarhttp://lunadesalymiel.blogspot.com
Eli,bienvenida a mi casa.
EliminarMuchísimas gracias por el comentario y mucho éxito para ti también. Ya me hice seguidora de tu blog. Nos leemos. Un abrazo
Muy bueno, cómo todo lo tuyo.Me encantó el relato
ResponderEliminarInteresante relato, lo breve no le quita lo extenso.
ResponderEliminarEntretenido, con un toque de suspenso y terror, gracias por compartir Renate
ResponderEliminarsaludos
Gracias a ti Pedro, un abrazo
EliminarOscar y Rubén:
ResponderEliminarGracias por los comentarios :)
Saludos
Me ha gustado, pero el final deberías desarrollarlo más. Es lo que tienen los microrelatos, no?. Me parece que en el nudo te recreas muy bien. El ambiente lascivo y la brusquedad de la protagonista contrastan muy bien, apetece seguir leyendo....quizás por eso se me haya hecho corto..
ResponderEliminarRafael:
EliminarGracias por el consejo.
Un abrazo ;)
Muy bueno y como todos tus cuentos: Atrapan desde el principio hasta el final...Y un final inesperado
ResponderEliminarGracias ;)
EliminarUn texto bien narrado, a través de un hilo conductor que lo vuelve ameno y coherente. Este tipo de narraciones me gustan pues se desarrollan en espacios propicios pues el lector es llevado de la mano a lugares donde pensamos que solo vamos a divertirnos, pero tu le has dado un toque de ingenio e imaginación a la trama que nos entretienes y nos diviertes. Todos mis elogios para tí, gracias por compartirlo, un besote para tí desde cali, colombia, pedro moreno mora.
ResponderEliminarPedro, muchas gracias por tu comentario.
EliminarOtro besote gigante desde Buenos Aires para tí.
Opino como Rafael, se me terminó de golpe! como esos capítulos que te dejan ansiando el siguiente.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar :)
Eliminarhola Renate:
ResponderEliminarhacia tiempo q no te leia... simplemente magnifico!!! como me atrapas cada vez mas con tus palabras, desearía tener en mis manos un libro tuyo... eso seria LO MÁXIMO :)....
MUCHO ÉXITO y MUCHA BUENA VIBRA .
Valkiria*
Valki, gracias.Poder ver un recital tuyo también sería lo máximo.
EliminarSin ánimo de polemizar con nadie, simplemente decir mi humilde opinión, creo que a este texto no le falta nada. Genera intriga, por un momento parece que es ella la cazadora, genera tensión, y termina de manera abrupta, si, es verdad, pero no por ello pierde calidad o precisión. Es cierto que uno se puede quedar con ganas de más, pero de eso se trata esto, que el lector no quede satisfecho del todo, que quiera más, que vuelva por más, convirtiéndose en un adicto.
ResponderEliminarDesde que te leí por primera vez, hace ya un tiempo, supe que siempre volvería, supe de mi "desgracia", que es mi placer, mi adicción.
¡Gracias querida Renate por conmover mis primitivos sentidos, cada vez que te leo, vuelvo a la vida real, rutinaria, con un brillo siniestro en mis ojos... y eso ¡¡¡ me encanta !!!
Te dejo un abrazo enorme, con mi admiración
Querido José:
EliminarLa admiración es mutua y no tengo palabras para agradecerte este comentario. Me iluminaste el sábado amigo.
Te mando un abrazo grande desde el otro lado del charco.
un placer, querida, y a las órdenes, siempre
EliminarMuchas gracias...inquietante
ResponderEliminarLRM bienvenidos y gracias por leer!!
EliminarComo siempre Renate, muy buen texto, corto, preciso y fulminante. Logras atrapar al lector y quitarle la respiración hasta en la última linea. Definitivamente tu espacio es un lugar común en esta gran casa y me agrada tenerlo como mi favorito.
ResponderEliminarÁngela, que lindo comentario!
EliminarMe hace feliz que te gusten mis relatos. Un abrazo grande
Genial, me ha gustado la segunda parte y sobre todo el final.
ResponderEliminarleerte
ResponderEliminares una
aventura
Gracias, un abrazo!
Eliminar