Las mujeres gritan histéricas mientras el payaso se contonea provocativo sobre una mesa que resulta demasiado estrecha para ser utilizada como escenario. Gruesas gotas de sudor recorren su cuerpo, la tira de abrojo mal cosida que sostiene su traje le raspa la espalda. Todo es una tortura: el disfraz, el bonete, la nariz de plástico.
Sebastián cierra los ojos y repite como si se tratara de un mantra “No estoy acá, la gorda no me toca la pierna, el traje no me lastima. Estoy en el colegio, compito en el campeonato intercolegial de la Municipalidad de Morón, corro como un rayo, mis compañeros parados alrededor de la pista de atletismo me vitorean, la gloria me envuelve”.
El clown sonríe infantil, aleja de una patada a la gorda y de un tirón se despoja del traje y se queda en slip, nariz y bonete, la horda brama enloquecida y él repite “No estoy acá. Gané la carrera y estoy en el podio, el Intendente se acerca para darme la medalla, mi mamá y mi papá aplauden. Siento orgullo, estas viejas que me rodean no existen”
La música cambia. El stripper se quita los accesorios circenses, los arroja con furia sobre su público y luego continúa su danza. Tiene los ojos bien abiertos y mira con indiferencia los rostros desencajados. Hay que aguantar, ya falta poco, una prenda más y está libre.
La desagradable dueña de casa se despoja de la remera y se la arroja al payaso mientras muestra satisfecha sus tetas caídas. Sebastián detiene su danza y observa furioso como las invitadas al cumpleaños empiezan a imitarla y arrojan su ropa sobre él, que hace equilibrio para no caer de la mesa precaria.
-Que se caiga –grita alguien.
-Que se caiga, que se caiga – repiten las demás a coro.
El stripper observa horrorizado como el salón comienza a girar y el living se transforma en una pesadilla de monstruos en topless que se arrastran hacia él y cierra los ojos, aprieta fuerte los párpados y repite en voz alta “No estoy acá, no estoy acá”, luego cae. Las mujeres se le tiran encima, se ríen a carcajadas, le arrancan el slip, lo arrastran como a un muñeco. Él ya no está ahí. Ya no respira, pero ninguna de las asistentes a la fiesta parece darse cuenta.
D: Ay !! no se que decir jajajajjaja tus textos siempre me dejan con una sensación extraña.. lo único que puedo decir es : "D:"
ResponderEliminarBrutal, Renate! Qué pintura tan patética y cruel!
ResponderEliminarEs fenomenal la manera en que describes ciertas situaciones. Te dejo toda mi admiración, amiga.
Besos miles, R.
Bee Borjas.-
Guauuu! Qué situación más terrorífica. Y lo que más me gusta es que es una situación que se puede situar perfectamente en la realidad, aunque llevada al extremo. A lo que se puede llegar para conseguir dinero (haciendo lo que no nos gusta, como el stripper) y a lo que puede llegar una horda de gente cuando entra en ese frenesí contagioso y atroz...
ResponderEliminarUn abrazo, Renate. Me gusta leerte.
Fantástico Re...!!!!!! me encanta como describís la patética situación del pobre stripper ¡cuantos "stripper" "sacrifican" sus vidas haciendo lo que nos les place... ¡Me gustó!! Un abrazo
ResponderEliminar¡Madre mía! qué situación, desde luego es muy visual y el lector no puede dejar de sentirse en el pellejo del angustidado stripper.
ResponderEliminarMuy bueno
Besitos
No hace falta que medie el dinero, para que a veces se tenga la cabeza en otra parte...
ResponderEliminarY mientras tienen tu cuerpo... el alma vuela, escapa, huye... a donde puede...
yo moriria feliz asi ;)
ResponderEliminarmuy bueno. un abrazo, renate
Como siempre me dejas impactada con tu forma de describir, en pocas lineas creas una espacio completo, este cuento me gusto y me hizo reir, pobre payasito
ResponderEliminarQueridos amigos, muchisimas gracias por pasar y comentar. Les mando un abrazo.
ResponderEliminarRenate, mi aplauso sigue a mi atención absoluta. ¡Qué bueno que te capturen, te hagan emocional y después regreses al mismo lugar donde estabas con una sensación nueva porque has conocido la desgracia de un payaso!
ResponderEliminarRenate me agrada ese sabor paladeado de leer tus narraciones, son una joya, saludos TPR.
ResponderEliminarRenate, siempre con tus buenos relatos. Excelente final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que más me gusta es la atmósfera. Luego pensar en lo que muchos tenemos que hacer para ganarnos la vida. Gracias por compartir. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarTremendo Renate!!!
ResponderEliminarel final me puso los pelos de punta!
enhorabuena por este texto
un abrazo
espectacular, me encanta cómo escribís. beso.
ResponderEliminarUna verdadera pesadilla muy bien contada.
ResponderEliminarEl escalofrío de la muerte como liberación... antepuesta a la dignidad y a la voluntad... eres la maga de la narrativa que se lee en una sola respiración... Bravísima...!
ResponderEliminarMili, diosa, gracias ;)
ResponderEliminarEvi, Adriana, Diana, Jordi, Galdres, Rosa, LNG, muchisimas gracias por venir.
Un abrazo para todos!!
No exageres el desagrado del streaper, Renate, las feas y los feos también tenemos derecho a darle gusto al cuerpo. Hacerlo con un feo, de hecho, no debería ser pecado sino obra de caridad. Un abrazo :D
ResponderEliminarFuerte sensación de demencia quedó en mi ambiente después de leerte
ResponderEliminarUn saludo
Es el triste temor de todos aquellos a los que le toca trabajar y tratar de subsistir haciendo algo que odian hacer... Morir haciéndolo... Sin salida... Sin opciones... Sin mas vida...
ResponderEliminarBello relato Renate, si me permites seguiré pasando...
Beso
Luis y Francisco:
ResponderEliminarGracias por comentar ;)
La novia:
No hay nada peor que tener que trabajar en lo que no se ama. Gracias por comentar y bienvenida ;)
Besos
FULLLL RELATO. ME TRAMA. UN PLACER VISITAR SUESPACIO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Tu forma de describir la situación hace que uno lo viva en su propia piel, y casi grité no estoy aca, no estoy aca
ResponderEliminarGracias Nicolás, un abrazo ;)
ResponderEliminarReltih, bienvenido y gracias por visitar mi blog.
Encontré este blog a través de Networkedblogs y me parece muy interesante. Saludos.
ResponderEliminarXixe, bienvenido y muchas gracias
ResponderEliminarMe gustó, es una excelente descripción de lo que hace un stripper. Aparte, no es por ser machista, pero hay algo grotesco en los stripper hombres, es como que cuando es a la inversa no choca tanto.
ResponderEliminarFelicitaciones, Renate. Tus textos transmiten sensaciones bastante indefinidas, extrañas, molestas, agradables, escalofriantes... Gracias por contactarme; si lo deseas, puedes encontrar algo de mis trabajos haciendo click en la máscara que me representa. Un saludo.
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